Aunque los cambios en la intensidad de la luz pueden provocar un abrir y cerrar de ojos, si esto sucede de forma recurrente, ¡podrá indicar un problema ocular que necesita tratamiento!
Existen muchas razones por las que tu fiel amigo puede ser sensible a la luz, como, por ejemplo:
🩺 Lesiones oculares como glaucoma, úlceras corneales o uveítis.
🩺Enfermedades sistémicas como diabetes o hipotiroidismo.
🩺 Infecciones en los ojos o zonas adyacentes.
Cualquiera sea el motivo por el cual tu perro experimenta una mayor sensibilidad a la luz, es necesario que sea observado por un veterinario. Si tu amigo de cuatro patas presenta algún tipo de sensibilidad en la región ocular, dolor, enrojecimiento o lagrimeo excesivo, ¡no dudes en contactarnos al 📲915 70 97 58!